Han estado ahí desde el principio de los tiempos, acribillándonos, atravesándonos en cada segundo millones de ellos por cada centímetro cuadrado de nuestro cuerpo, y hasta 1930 ni siquiera sospechábamos de su existencia. Su carga neutra, su ridícula masa y su poca capacidad de interactuar con la materia que atraviesan los hacían indetectables.

Fue un descuadre en el balance energético de la radiación beta los que los delató. Pero como ladrones invisibles eran capaces de hurtar la energía faltante sin ser detectados, sin dejar pistas. Tal era su pericia que incluso hicieron dudar a Neils Borh del mismísimo principio de conservación de la energía y llegó a proponer otra interpretación del mismo.

Wolfgan Pauli tímidamente los propuso como los culpables del descuadre energético, pero profetizó que jamás podrían ser detectados. Otros físicos teóricos confirmaron con concienzudos cálculos la profecía, pero no contaban con el ingenio de Bruno Pontercorvo. Este genio fue casi ignorado por ser políticamente incorrecto, pero dio los principios para la detección del neutrino y explicó muchas de sus extrañas propiedades según los experimentos las iban revelando.

La historia del neutrino, desde su predicción teórica, pasando por su detección y las explicaciones de sus extrañas propiedades es la historia del modelo estándar de las partículas subatómicas. Es, también, el éxito del razonamiento humano, de su persistencia y trabajo para superar los límites teóricamente  imposibles.

El libro usa el hilo histórico para guiar al lector en el apasionante tema del neutrino y sus consecuencias en la física actual. Según los conocimientos previos del lector, a veces tendrá la sensación que camina por una vereda clara, sin pérdidas, otras veces parece que va con una venda en los ojos, fiándote del autor el cual le lleva cogido de la mano. Como mérito de éste admito que el libro aborda conceptos que no se prestan fácilmente a la divulgación a un público no versado en estos temas, pero ese es justo el reto del que trata de divulgar la mecánica cuántica al común.

 

Álvaro Miguel González Herrera.