Básicamente trata de la alternativa abierta por Hugh Everett de una interpretación determinista de la mecánica cuántica en contraposición de la interpretación Ortodoxa de Copenhague.

 

Según se explica en este libro, la interpretación Ortodoxa de Copenhague establece que los distintos estados cuánticos superpuestos en los que un sistema puede estar se resuelve con uno solo de ellos al azar cuando interviene un observador al intentar realizar una medida.

Everett propone, en contraposición, que todos esos  estados cuánticos prevalecen después de la medida tornándose en multitud de estados clásicos. Para ello incluye al propio observador no cuántico en la función onda. De esta manera, a partir de un sistema cuántico en un estado no determinado surgen, de forma simultánea e independiente, distintos sistemas cuánticos, cada uno de ellos con su propio observador.

Presenta esta tesis basada en un formalismo matemático irrebatible, en donde amplia el ámbito de la función de onda de Schrödinger que no colapsaría avocando a un solo estado de todos los posibles, si no que incluye todas las funciones de onda de los posibles estados surgidos del inicial, cada una con su propio observador, teniendo lo que él llega a denominar la ecuación de onda Universal.

Everett no solo demuestra en el plano matemático la existencia de universos paralelos, sino que además, los sugiere y defiende en el mundo real ("Muchos mundos de Everett"). Esta interpretación metafísica más allá de las matemáticas es donde esta teoría ya no encuentra tantos apoyos, ni siquiera del propio mentor de Everett. El principal escoyo es que dicha teoría no es refutable, al menos con la tecnología actual.